Definir a Liebig como el pueblo que alimentó al mundo, o la cocina más grande del mundo, siendo declarado “Bien de Interés Industrial y Patrimonio Histórico Nacional”, es parte del atractivo con que invita a conocer su mística historia. A mediados del siglo XX, la mayor fábrica de extracto y conserva de carne del país le daba fama, población y un estilo de vida y arquitectura que combinó lo industrial con la alta sociedad inglesa. El pueblo, privado hasta 1975, quedó detenido en el tiempo, con la manga para el ganado, que divide dos sectores bien diferenciados: las peculiares viviendas de los obreros, con comercios, escuela y capilla, y el sector de los chalets de la colonias inglesas, con biblioteca, casa de visitas, club de tenis cancha de golf, entre otros privilegios de la época.
Hoy, el recorrido guiado es un imperdible para descifrar este pasado, pero su ubicación sobre una hermosa playa del río Uruguay invita a una experiencia turística en la que la historia se conjuga con la naturaleza. Se pueden disfrutar paseos en canoa, kayak, excursiones en lancha a los fantásticos bancos de arena del río, los bancos del Caraballo.
El Club de Pescadores es el que ofrece las mejores instalaciones, camping y proveeduría, etc. Posee un Centro de Interpretación, una exposición privada de mariposas, sumado a su carnaval y fiestas locales. Más allá del caso histórico, actualmente Liebig se extendió con nuevos barrios, dónde se encuentran bungalows y hosterías.