Sobre la costa norte del río Uruguay, cerca de la localidad de Puerto Yeruá, se halla esta pequeña comuna que sorprende por la extensión y calidad de su extensa playa y transparencia de las aguas en ellas. Su nombre, con algunas versiones diferentes, es recordatorio de una inmigración con presencia de europeos, en especial un escoces que, en 1888, instaló una fábrica de cerámica de la que aún se conserva una gran chimenea en pie. Su principal atractivo radica en ser un refugio con tranquilidad, mezcla de naturaleza, historia y hospitalidad.
La playa de fina arena es ideal para el relax, las caminatas, observación de aves y paseos en lancha o nadar, todo en un entorno casi virgen. La pesca es un gran motivo para su visita, cuenta con camping en una selva en galería con vista al río, servicios necesarios, proveeduría y cabañas en el pueblo para alojamiento.
Se puede encontrar abierto un almacén de ramos generales, con su estructura original de 1898, llamado la antigua “pulpería”. Hay actividades de extracción de canto rodado, arena, industrias madereras, vivero y extensa forestación de eucaliptos y pinos. Se destaca su humilde pero hermosa Capilla Nuestra Señora de La Merced y su sencilla plaza central. Para los amantes de la naturaleza ofrece el sendero Ibirapitá y las orillas del arroyo Yeruá.